El papa confió a la Fundación Pontificia Guardia Suiza que le gusta que cada vez haya más soldados casados.
El reglamento del cuerpo militar señala que los nuevos reclutas no deben estar casados al empezar el servicio. Para casarse deben tener al menos 25 años, haber trabajado como guardia durante 5 años como mínimo y comprometerse a trabajar por otros tres.
FRANCISCO
A mí me gusta que los guardias suizos se casen, me gusta que tengan hijos, que tengan una familia.
Este aspecto se ha hecho más relevante en cuanto a que los guardias casados con hijos han aumentado y el bien de las familias es de fundamental importancia para la Iglesia y la sociedad.
La Fundación Pontificia Guardia Suiza es un órgano clave para el pequeño ejército papal porque se encarga de promocionar y financiar muchos de sus proyectos como la futura restructuración de su cuartel.
JRB