Desde 1968 en la Iglesia se celebra la Jornada Mundial de la Paz. Este año coincide con el Jubileo, un año dedicado a la remisión de los pecados. Por eso Francisco comenzó pidiendo que en el mundo se practique el perdón y que comiencen los que tienen mayores responsabilidades.
FRANCISCO
Y el Jubileo pide traducir esta remisión en el plano social para que ninguna persona, ninguna familia, ningún pueblo sea aplastado por las deudas. Animo por tanto a los gobernantes de los países de tradición cristiana a dar buen ejemplo, borrando o reduciendo lo más posible las deudas de los países más pobres.
El papa reiteró su petición por la paz en el mundo y recordó que con las guerras no hay ganadores: pierden todos.
JRB