Perfiles más pastorales y menos ligados a la curia romana. Es el modelo de cardenal que Francisco parece querer en un posible cónclave. El papa ha nombrado ya al 80% de los 140 electores, con un promedio récord de 11 al año.
Con su décimo consistorio, el papa consolida su apuesta por la universalización de la Iglesia. Aumenta el número de países representados a 94, pero se reduce la edad media a 69 años.
De los 20 nuevos cardenales, solo dos están ligados al Vaticano. El papa premia el trabajo de Fabio Baggio, subsecretario del departamento que trabaja con migrantes y refugiados, y el del indio Koovakad, encargado de los viajes papales.
En Roma, pero no en el Vaticano, Francisco crea cardenal al que ahora es el nuevo vicario general de su diócesis, y al coadjutor de la basílica de Santa María la Mayor, donde el papa quiere ser enterrado.
El pontífice, además, sigue con la mirada puesta en Ucrania y Oriente Medio. En un gesto casi de diplomacia, incluye en la lista a un ucraniano que reside en Australia, y que será el purpurado más joven del colegio cardenalicio con 44 años. También a un misionero belga con casi 10 años de experiencia en el Líbano y que ahora está en Irán, donde solo el 1% son católicos.
Uno de los perfiles más completos es el del canadiense Francis Leo, arzobispo de Toronto: 53 años, habla cuatro idiomas y conoce bien Asia y Oceanía, donde ha sido diplomático en Australia y Hong Kong.
Otra de las grandes apuestas de Francisco ha sido el Sínodo, al que el papa le ha querido dar importancia en este consistorio. Por ejemplo, ha creado cardenal a Radcliff, conocido por sus meditaciones, pero también a un prelado africano de Costa de Marfil o al arzobispo de Tokio, quien además está al frente de Caritas Internationalis.
Un ejemplo más de llegada a las periferias, donde Francisco deja fuera a las grandes capitales europeas como París, Bruselas o Lisboa, pero incluye a Serbia. También el papa refuerza el peso de Latinoamérica, que tendrá 5 cardenales más.
Si hubiese ahora un cónclave, habría superávit de cardenales, ya que Pablo VI fijó el máximo en 120. Si bien es cierto que en 2025 serán 13 los que superen los 80 años, por lo que, a finales de 2025, los electores deberían ser 127.
CA