Hacinamientos y alta tasa de suicidios. Son los dos grandes problemas que enfrentan las cárceles. Y si no, fíjense en las cifras que da Cáritas en un país como Italia. Aquí tienen 10.000 reclusos por encima de las plazas disponibles y 80 personas que se han quitado la vida en lo que va de año.
El sistema penitenciario de este país está a punto de superar el mayor número de suicidios en dos décadas. El máximo fue en 2022, con 84 casos registrados.
El papa no es ajeno al drama en las prisiones. En muchos de sus viajes no ha dejado de visitar centros penitenciarios. Por ejemplo Palmasola en Bolivia. Cada vez que visita una de ellas, y la última visita fue a esta prisión en Verona, no elude el drama que se está viviendo.
FRANCISCO
Conocemos la situación de las cárceles, a menudo superpobladas -también en mi tierra-, lo que provoca tensiones y dificultades. Por eso, quiero decirles que estoy cerca de ustedes, y renuevo mi llamamiento, especialmente a quienes pueden actuar en este ámbito, para que sigamos trabajando por la mejora de la vida en las cárceles.
Pero es que además el drama de las cárceles se vive a escasos metros del Vaticano, a menos de un kilómetro; en la prisión romana de Regina Coeli. Francisco también la visitó. Fue el Jueves Santo de 2018, cuando el pontífice lavó los pies a 12 reclusos. Aquí hay hacinadas 1.150 personas, pues su capacidad solo podría acoger a 628.
Se trata de una prisión que, además, encabeza la lista de suicidios en Italia. Una quincena de personas se ha quitado la vida en cuatro años; la última, el pasado 17 de septiembre.
CA