Son la élite de los chefs. Quédense con sus caras porque sus comensales diarios les sorprenderán: Emmanuel Macron, la familia Biden, reyes como Guillermo y Máxima de Holanda, el príncipe Alberto de Mónaco o el presidente español, Pedro Sánchez.
Los conocen como el 'G-20 gastronómico'. Pero estos cocineros han dejado por un momento los delantales de palacio para endulzar estos exquisitos paladares.
Son los de los niños ingresados en el hospital del papa, el Bambino Gesù. Estos chefs les llevaron galletas, que se hicieron en las cocinas del Palacio del Quirinal, la residencia del presidente italiano, Sergio Mattarella.
Aunque los cocineros tampoco se fueron con las manos vacías.
Tuve un sueño. Un montón de cocineros en el hospital dándonos de comer pizzas, dulces y “leccornie” hacen que la enfermedad desaparezca y cada cocinero, como el médico, nos devuelve el buen humor.
Ellos, probablemente, no sean conscientes. Pero no todo el mundo tiene la suerte de compartir cocinero privado, ni más ni menos, que con algunos de los dirigentes más importantes del mundo.
CA