Si Francisco tiene que confiarle algo a la Virgen, su parada siempre es la basílica de Santa María la Mayor, donde se encuentra el icono de la patrona de Roma: la Salud Populi Romani.
Hasta allí se desplazó el papa para rezarle un rosario, pidiendo por el fin de la guerra, a un día de que el conflicto en Gaza cumpliese un año, y por el que convocó una jornada de oración y ayuno.
FRANCISCO
Tú que estás dispuesta a acoger nuestros dolores, ven en nuestra ayuda en estos tiempos oprimidos por la injusticia y asolados por las guerras, enjuga las lágrimas de los rostros sufrientes de quienes lloran la muerte de sus seres queridos, de sus hijos, despiértanos del letargo que ha oscurecido nuestro camino y desarma nuestros corazones de las armas de la violencia.
No es la primera vez que el papa convoca un día dedicado a rezar por alguna guerra en curso. Lo hizo, por ejemplo, al comienzo de su pontificado. En septiembre de 2013, congregó a miles de personas en la plaza de San Pedro para pedir por el fin de la guerra en Siria. Francisco hizo lo mismo con El Congo, Sudán del Sur, Afganistán, Ucrania o Líbano.
CA
