El Vaticano expulsó a diez miembros de la cúpula del Sodalicio de Vida Cristiana; una organización de laicos de Perú que, días después, respondió con un comunicado a la sentencia de la doctrina de la fe. Dicen que acatan lo dispuesto por el papa con “humildad y obediencia”.
Entre los expulsados, un arzobispo, formadores y, por primera vez en la historia, se castiga también a un periodista por el abuso en el ejercicio de su profesión como católico.
Pero la sentencia habla de otros cinco tipos más de abusos: físico, incluso con sadismo; espiritual; de autoridad, con encubrimiento de delitos; y en la administración de los bienes.
Otra de las novedades es que algunos de estos comportamientos no están tipificados como tal en el Código de Derecho Canónico, pero se consideran delictivos. Para poder imponer la sanción disciplinar, se acogen en el canon 696.
Por ejemplo, está lo que llaman el “hackeo de las comunicaciones”, que viene a ser la violación de la intimidad de los miembros.
A la expulsión de estos diez miembros se sumó en agosto la de su fundador, el laico Luis Fernando Figari, acusado de cometer abusos sexuales.
Todo esto viene después de que Francisco escuchase a Paola Ugaz, que publicó un libro junto a Pedro Salinas, llamado “Mitad monjes, mitad soldados”, en el que se destapaban los testimonios de abusos.
En 2023, el papa envió a Perú al tándem antiabusos del Vaticano, al sacerdote Jordi Bertomeu y al arzobispo de Malta, Charles Scicluna; ambos miembros del dicasterio para la Doctrina de la Fe.
El español y el maltés han sido los que, tras la investigación, presentaron al papa las conclusiones, que terminaron con la adopción de estas medidas disciplinares.
CA