368 serán los miembros que participen en la sesión final del Sínodo. Un 25% no son obispos. No hay muchos cambios en cuanto a nombres. Solo 26 y, casi todos, sustituciones.
CARD. MARIO GRECH
Secretario general del Sínodo
Esta mañana nos ha llegado un correo electrónico para informarnos de que una persona tenía problemas de corazón y no podía venir. Otros también decidieron no volver, pero no se dio el caso de que el papa excluyera a nadie.
Quien sí es nuevo en el Sínodo y por decisión exclusiva del papa es Rolando Álvarez, el obispo nicaragüense exiliado en Roma. Participará en un gesto que podría traducirse en cercanía hacia el pueblo perseguido por la dictadura de Ortega. El año pasado, cuando se celebró la primera asamblea, estaba en la cárcel.
Y, de nuevo, dos obispos chinos también estarán presentes. Lo que no se sabe todavía es si se quedarán todo el mes de octubre. El año pasado, solo asistieron a los primeros días del Sínodo.
Vuelven a repetir en esta fase final perfiles como Luca Casarini, de la ONG Mediterranea Saving Humans. Es una de las personas que ha acercado al papa la realidad de los migrantes y refugiados.
También, la presidenta de Acción Católica. Tanto Eva como Casarini son invitados especiales, por lo que no tienen derecho a voto, pero cuya voz es importante para Francisco.
EVA FERNÁNDEZ MATEO
Acción Católica
Responsabilidad es, porque sabes que no llevas tu voz, que no es la voz pues solamente de la Acción Católica General y de toda la Acción Católica, sino también la voz de muchos laicos y laicos de parroquia.
Precisamente, los laicos y las mujeres entraron por primera vez en las votaciones del Sínodo el año pasado. Hasta ahora, no tenían este derecho dentro de la asamblea. Lo explica Cristina Inogés, una de las seis mujeres elegidas por nómina pontificia.
CRISTINA INOGÉS SANZ
Teóloga española
Ha habido muchas personas, muchas mujeres en concreto, a lo largo de la historia de la Iglesia que han intentado abrir una puerta que no se podía abrir desde este lado y, por el otro, el cerrojo seguía echado. Y algunas de esas mujeres han perdido la vida en el intento. Bueno, pues demos gracias a Dios que ahora hay una persona que tiene la sensibilidad suficiente para quitar el cerrojo, abrirnos la puerta y dejarnos entrar.
Aunque Francisco no lo ha dicho, es de esperar que, tras las conclusiones del Sínodo, el pontífice escriba exhortación apostólica dirigida al pueblo de Dios.
CA