No era el motivo oficial del viaje, pero sí el que Francisco ha puesto en el centro de su visita a Bélgica. En casi todos sus encuentro, ha hablado sin tapujos de los abusos. Lo ha hecho delante de los reyes, los políticos, el clero y, ahora también, durante la misa en Bruselas. Sus palabras levantaron en aplausos a todo el estadio.
FRANCISCO
Pido a todos: no encubráis los abusos. Pido a los obispos: no encubran los abusos. Condenad a los abusadores y ayudadles a recuperarse de esta enfermedad del abuso. El mal no se puede ocultar: el mal hay que sacarlo a la luz, que se sepa, como han hecho algunos abusadores, y con valentía. Que se sepa. Y que se juzgue al abusador.
Y el broche de oro del papa en Bélgica tuvo su toque español. Francisco beatificó ante unas 36.000 personas a Ana de Jesús, carmelita descalza y principal colaboradora de Santa Teresa de Ávila.
FRANCISCO
Esta mujer fue una de las protagonistas, en la Iglesia de su tiempo, de un gran movimiento de reforma, siguiendo los pasos de una "gigante del espíritu" -Teresa de Ávila- cuyos ideales difundió por España, Francia e incluso aquí, en Bruselas, y en lo que entonces se llamaba los Países Bajos españoles.
Después de la misa, Francisco rezó el ángelus, y dio una sorpresa a todos los belgas: anunció que, al volver a Roma, pondría en marcha el proceso de beatificación del rey Balduino. Un gesto muy significativo. Este monarca católico abdicó en 1992 durante 36 horas para no firmar una ley que legalizaba el aborto.
CA