A Francisco lo recibieron en la catedral de Luxemburgo entre aplausos y gestos de cercanía. Presentes, los Grandes Duques de Luxemburgo y un grupo de enfermos, además de la comunidad católica del país.
El emotivo encuentro tuvo lugar en la catedral de Notre Dame. A un lado del altar, la patrona de Luxemburgo, la Virgen de los Afligidos, a la que Francisco depositó una rosa de oro.
CA