CLAVES: La reforma económica del papa para ganar transparencia en el Vaticano

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24/09/2024
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Tras el cónclave de 2013, una de las misiones del nuevo papa era acabar con los escándalos financieros e iniciar una reforma económica para aumentar la transparencia y prevenir la corrupción en el Vaticano.

Esta ya había comenzado con Benedicto XVI. Todo empezó por una cuestión monetaria en el sentido más literal de la palabra.

CRISTIAN MENDOZA
Pontificia Universidad de la Santa Cruz

La Unión Europea ha pedido a todas las naciones que forman parte del acuerdo económico y que utilizan, por tanto, el euro, que tuvieran una agencia para la información financiera. Esta se encarga de vigilar que no haya dinero destinado al terrorismo y evitar el lavado de dinero procedente de acciones ilegales.

El Vaticano no formaba parte de la Unión Europea, pero Italia sí. E Italia es quien, por un acuerdo histórico, fabrica las monedas del Estado del papa. Sin embargo, Italia no se podía permitir fabricar dos monedas distintas y, por eso, Europa hizo una excepción con el Vaticano. Le permitiría usar su moneda pero, a cambio, su sistema financiero debería estar acorde a los estándares internacionales de transparencia y seguridad.

De este modo, en 2010, el papa Benedicto XVI creó la que hoy es la ASIF, una autoridad para evitar el blanqueo de dinero.

Su eficacia se pudo comprobar en acciones como esta: cuando la Policía Nacional de España desarticuló una banda criminal en Málaga que estafaba suplantando la identidad de la Santa Sede.

Francisco heredó las bases de esta reforma iniciada por su predecesor y asumió el reto de ir más allá. Una de sus primeras medidas fue cerrar 5.000 cuentas del banco vaticano. Otro punto central fue realizar un inventario de los bienes inmuebles de la Santa Sede. Para ello, el papa creó en 2014 la Secretaría para la Economía.

Su primer prefecto, el cardenal Pell, descubrió que 300 inmuebles juntos sumaban una renta de tan solo 60.000 euros al año; una cifra muy alejada de los precios del mercado romano.

CARD. GEORGE PELL
Exprefecto, Secretaría para la Economía

¿Quién sabe? No lo sé. Una posibilidad es que muchos de estos inmuebles estuvieran en ruinas. Pero cualquiera que gestiona un volumen alto de propiedades procura mantenerlas en buen estado, para que generen beneficio con alquiler. No soy capaz de explicar este dato. De lo que sí puedo dar fe es que estaba en los informes. Y eso es indicativo del tipo de cosas que hacen que las finanzas del Vaticano no cuadren.

Por eso, Francisco pidió poner orden en las finanzas del Vaticano y unificar balances de la curia y de organismos dependientes de la Santa Sede. El objetivo era retomar el control de las cuentas y favorecer la transparencia para evitar la corrupción.

CRISTIAN MENDOZA
Pontificia Universidad de la Santa Cruz

Vamos a poner todo junto para entender lo que tenemos. Eso tiene la parte positiva de saber exactamente cuánto se tiene y cómo se utiliza.

FRANCISCO
Un control riguroso del gasto frena la tentación recurrente de quienes ocupan cargos políticos o administrativos de gestionar los recursos de forma encubierta.

Francisco centralizó la administración del patrimonio y de los fondos económicos en el APSA. Antes, los gestionaba la Secretaría de Estado que, con esta decisión, perdió bastante poder.

MONS. NUNZIO GALANTINO
Expresidente del APSA

Ahora hay una división entre los que administran y los que controlan. Porque una de nuestras limitaciones era esta, que había un sector de la Santa Sede que administraba, pero no se sometía a controles. Entonces, hoy, esto ya no existe. Es verdad que la APSA administra, pero tiene mucho, mucho control.

Uno de los controles a los que se somete este organismo viene de la Oficina del Revisor General, otro de los organismos que creó el papa en 2014. Además de supervisar, recibe denuncias sobre posibles casos de corrupción en el Vaticano. El de Becciu salió, precisamente, de aquí.

ALESSANDRO CASSINIS
Revisor general del Vaticano

Todo comenzó a partir de dos informes dirigidos al promotor de justicia, uno realizado por mí y otro por el IOR. De ahí, surgieron las investigaciones y la determinación, después de un proceso que duró más de un año, de ciertas responsabilidades. Entonces está claro que si uno se refiere a ese caso dice: “Pero entonces fracasaron”. Pero eso es el pasado, no el presente. Y, por eso, es una prueba, en mi humilde opinión, de que las reformas económicas del papa tuvieron éxito.

Esas reformas financieras han estado bajo supervisión de un Consejo para la Economía, que también se creó hace 10 años. Al frente está el cardenal Marx y en él participan prelados y laicos. El papa lo creó para evitar que la Secretaría para la Economía asuma todo el poder.

Pero aún queda mucho camino por recorrer. La Santa Sede todavía tiene un gran objetivo por alcanzar: recuperar su credibilidad.

MAXIMINO CABALLERO
Prefecto, Secretaría para la Economía

Aunque está desde 2014, funcionando desde 2014, en perspectivas históricas prácticamente estamos iniciando. Por lo tanto, hay que tener paciencia. Tenemos mucho trabajo por delante. Habrá continuos ajustes, pero todos estos ajustes nos tienen que llevar, y este es el objetivo último, poner a la Santa Sede como referencia internacional desde algunos puntos de vista. Desde el punto de vista, en este caso, de transparencia; desde el punto de vista de recuperar nuestra credibilidad.

Pero en estos 10 años, no solo se han implementado medidas estructurales; también se han tomado algunas personales para que los propios empleados de la Santa Sede den ejemplo. Así, miembros de la Curia, incluidos cardenales, no podrán tener activos en paraísos fiscales o recibir regalos de más de 40 euros.

CA/JRB

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