El Congreso Eucarístico Internacional de Quito terminó. Pero ya se sabe dónde será el de 2028.
Les anuncio que el 54º Congreso Eucarístico Internacional tendrá lugar en la ciudad de Sídney.
Los australianos no pudieron contener su alegría.
Y al terminar la misa de clausura una delegación subió al estrado para presentar su primer mensaje: el cuadro de Paul Newton que muestra un pedazo de historia: la primera comunidad católica de Sídney rezando ante la eucaristía a comienzos del siglo XIX, cuando las autoridades inglesas obstaculizaban la celebración de los sacramentos a los pocos sacerdotes católicos presentes en la isla.
Es muy, muy, muy emocionante. Ha sido increíble estar aquí en Quito para ver cómo es un congreso eucarístico. Estoy deseando que llegue el de Sídney de 2028. Será fantástico.
Hace mucho que nuestro país no hospeda un congreso católico de esta envergadura, por lo que espero que sea algo increíble. Nos sentimos muy bendecidos y haremos todo lo posible para que salga bien.
El arzobispo de Sídney reconoció hospedar un congreso eucarístico internacional es una gran oportunidad para reavivar la fe de los católicos.
MONS. ANTHONY FISHER
Arzobispo de Sídney (Australia)
Fue un momento muy emocionante. Nos llevó muchos años de pedir al Vaticano que nos permitiera ser la sede del próximo Congreso Eucarístico y finalmente ha dado su fruto. Ahora comienza hay que trabajar.
Creo que en todos los sentidos, ayudará a renovar nuestra vida parroquial en Australia y en el período post-Covid, donde todavía no hemos vuelto a la normalidad y nuestra normalidad no es lo suficientemente buena de todos modos, porque hay muchas personas que no están allí el domingo que esta será una oportunidad para reunir a toda la comunidad. Celebrando con nuestro Señor.
Precisamente en 2028 se cumplen 100 años desde que Australia hospedó otro Congreso Eucarístico Internacional. No sólo se espera que sea una ocasión para que toda la Iglesia ponga en un lugar central la eucaristía; sino que también se espera que organizarlo ayude a renovar la fe de los propios católicos del país.
JRB