El viaje a Oceanía y Asia supuso toda una prueba de energía para el pontífice de 87 años. Sin embargo Francisco mantuvo una agenda repleta de eventos en las que en ningún momento se le vio con signos de fatiga. Visitó cuatro países del “Lejano Oriente” con características distintas y bien definidas. Se trata de lugares a los que solo había viajado un papa antes que él, Juan Pablo II, y hace más de tres décadas.
JRB