No pasaron ni 24 horas de su regreso, que a la mañana siguiente de haber realizado el viaje más largo de su pontificado, el papa retomó su agenda.
Se reunió con esta congregación, los teatinos, por el quinto centenario de su fundación.
El domingo el papa se asomó, como de costumbre, a la ventana de los apartamentos pontificios para rezar el ángelus.
Y el lunes el papa tuvo nada menos que 9 encuentros; algunos de alto nivel. Por ejemplo: con el embajador de Israel ante la Santa Sede. O con los responsables de la Conferencia Episcopal de Cuba. El pontífice de 87 años no ha dado prácticamente ningún motivo para preocuparse por su salud ni durante el viaje ni después.
JRB