El último encuentro del papa en Timor Oriental fue con los jóvenes. El papa les advirtió contra los vicios, sobre todo la droga y el alcohol. Dijo que son destructores de sueños.
FRANCISCO
Y un joven tiene que soñar. ¿Y cómo se hace, padre, para soñar? ¿Se bebe alcohol? No. Si haces eso vas a tener pesadillas. Los invito a soñar, a soñar cosas grandes. Un joven que no sueña es un jubilado de la vida.
El papa trató de explicar a los jóvenes que no existe libertad sin consecuencias. Y que es clave el aprender a gobernarse a uno mismo.
FRANCISCO
Un joven tiene que entender que ser libre no es hacer lo que uno quiere. Sino que un joven tiene responsabilidad.
Y un hombre, una mujer, un joven, una joven que no se gobierna a sí mismo es esclavo. Es dependiente. No es libre.
Aunque no todo fueron advertencias. El papa también les animó a no perder la alegría que caracteriza a la juventud.
FRANCISCO
Ustedes son un pueblo que sabe sonreír. Sigan así ¿eh? No se olviden.
El paso de Francisco por Timor Oriental se ha podido definir como éxito rotundo: a la misa a la cual participaron más de 600.000 personas se unieron los constantes actos de devoción de los habitantes del país. Algunos se arrodillaban para besarle las manos. Otros dejaban sus pañuelos en el suelo para que el papa pasara por encima de ellos en señal de respeto. La gente se aglomeró en las inmediaciones del aeropuerto para ver al pontífice despedirse de su país, donde la visita fue todo un evento.
JRB