De Indonesia, donde la mayoría de la población es musulmana, a Papúa Nueva Guinea, país que cuenta con un 96% de cristianos. Francisco aterrizó en este territorio, conocido por sus diversos paisajes naturales. También alberga algunas de las tribus más remotas.
El papa llegó hacia las 19.00, hora local. La bienvenida que le dieron fue única: una salva de 21 cañonazos y regalos entregados dos niños vestidos con trajes tradicionales indígenas.
Una vez lo recibió el vice primer ministro de Papúa Nueva Guinea, la Guardia de Honor inició la ceremonia de bienvenida.
Inmediatamente después, Francisco abandonó el aeropuerto para descansar de cara a su apretada agenda de los próximos días, que incluye reuniones con autoridades y líderes eclesiásticos, así como visitas a distintas comunidades católicas.
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