Durante ocho años, Didier Grandjean sirvió en el corazón de la Iglesia como guardia suizo, dispuesto a sacrificar su vida por el Papa. Ahora, sirve al pontífice, a la Iglesia y a Dios de una forma totalmente nueva.
Viajes apostólicos, custodiar la Ciudad del Vaticano y trabajar junto a los líderes de la Iglesia fue el caldo de cultivo para lo que estaba por venir. Sin embargo, para Didier el cónclave de 2013 fue un momento clave de su experiencia como Guardia Suizo.
DIDIER GRANDJEAN
Seminarista, ex Guardia Suizo
La primera vez que vi al Papa Francisco fue la noche de su elección. Para mí, y creo que para todos, ver a otra persona vestida de blanco fue especial. La primera impresión tiene un impacto, ¿verdad? Recuerdo esta atmósfera de oración y alegría cuando Francisco fue elegido. Toda la expectación se convirtió en alegría.
Didier sirvió al cuerpo militar más pequeño del mundo durante dos años del pontificado de Benedicto XVI y seis de Francisco. Sin embargo, en 2019 sintió que Dios le llamaba al sacerdocio.
DIDIER GRANDJEAN
Seminarista, ex Guardia Suiza
Yo era feliz. Pero sentía que había algo más y que Dios siempre me llamaba a servir, pero de otra manera. Rezando, reflexionando, hablando con la gente y con sacerdotes, me ayudó en mi camino. Poco a poco, descubrí que Dios me llamaba a servirle como sacerdote. Me sentí llamado a tomar este camino del seminario, aunque lo más lógico hubiera sido continuar en la guardia para luego hacer carrera y hacer vida allí. Pero yo sabía que había algo más en mí.
Entre las personas que guiaron a Didier en su camino vocacional se encuentran nada menos que el papa Benedicto XVI y el papa Francisco, algo que, según él, es una gracia increíble.
DIDIER GRANDJEAN
Seminarista, ex Guardia Suizo
Recuerdo el momento en que le dije al Papa Benedicto que dejaba la guardia y entraba en el seminario. Estábamos en los Jardines Vaticanos y pasamos unos 15 minutos hablando de lo que iba a hacer a continuación. Recuerdo que se le iluminó la cara y estaba muy contento. Y lo mismo con el Papa Francisco; no creo que se lo esperaran. Ambos me han acompañado en mi camino vocacional y me han apoyado.
La disciplina es un aspecto clave de la vida de Didier, no sólo mientras sirvió en la Guardia Suiza, sino también en el seminario. Dice que aprendió parte de su disciplina observando la forma en que el papa Francisco lleva su vida cotidiana.
DIDIER GRANDJEAN
Seminarista, ex guardia suizo
Una cosa que me impresiona del Papa Francisco es cómo gestiona su tiempo. Cada minuto del día es importante y él lo utiliza para hacer el bien, y ese es un gran ejemplo que yo intento seguir, por difícil que sea.
Dider lleva cinco años en el seminario y le quedan dos para su ordenación. Para los que están discerniendo su vocación, Didier invita a que escuchen una llamada, aunque puede que sea sutíl. Que estén abiertos al plan de lo que el papa Francisco llama el “Dios de las sorpresas”.
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TR: AM