Las audiencias volvieron a la plaza de San Pedro y con ello, el paseo en papamóvil para los más pequeños a quienes Francisco invita a acompañarle en esta inesperada atracción.
Aunque el contenido de su mensaje fue otra cosa. Pospuso su catequesis semanal para pedir que se acoja a los migrantes.
FRANCISCO
Hay que decirlo con claridad: hay quienes trabajan sistemáticamente y con todos los medios para rechazar a los migrantes… Para rechazar a los migrantes. Y esto, cuando se hace a conciencia y con responsabilidad, es un pecado grave.
Francisco utilizó expresiones fuertes. Y recordó que muchos de los migrantes que llegan de África a Europa no querrían dejar su tierra ni jugarse la vida durante el viaje. Mencionó el caso de aquellos que fallecen en el desierto o que caen víctimas de las redes de trata de seres humanos.
FRANCISCO
En la época de los satélites y de los drones, hay hombres, mujeres y niños migrantes que nadie “debe ver”. Los esconden. Solo Dios los ve y escucha su grito y esta es una crueldad de nuestra civilización.
No es a través de leyes más restrictivas, no es militarizando las fronteras, no es con el rechazo que obtendremos resultados. Los obtendremos ampliando las vías de acceso seguras y regulares para migrantes.
El papa mencionó el caso de Pato, el migrante que perdió a su hija y a su mujer en el desierto, donde fallecieron a causa de la sed y del hambre. Su historia conmovió a Francisco hasta el punto de pedir a los Museos Vaticanos que le dieran trabajo.
JRB