182 personas rescatadas en 24 horas. Así acabó la última misión de Mediterranean Saving Humans; la ONG que trabaja en el corredor migratorio entre Túnez y Lampedusa.
Una labor que, en este caso, fue más que especial. Por primera vez, su barco, el Mare Jonio, no viajaba solo. Lo hacía flanqueado por un velero de una fundación de la Conferencia Episcopal italiana.
Además, esa misión contaba con el beneplácito de Francisco. Pocas horas antes de que partiesen, el pontífice envió una carta a mano al capellán de la ONG deseándoles lo mejor y bendiciendo a los equipos de rescate.
La relación entre el papa y el fundador de Mediterranea Saving Humans es muy estrecha. Francisco invitó a Luca Casarini a participar en el Sínodo.
Pero no solo eso. Más allá de agenda oficial, el pontífice sigue de cerca y en privado a esta ONG. De hecho, en sus primeros días de vacaciones de julio, Francisco recibió en casa Santa Marta a Casarini junto a un grupo de migrantes.
También el año pasado, el papa estuvo con Pato, de Camerún. Llevaba puesta la sudadera de esta plataforma civil, que opera desde 2018 para salvar a migrantes en el Mediterráneo.
ARCHIVO 2020
LUCA CASARINI
Fundador Mediterranea Saving Humans
Los migrantes que encontramos en el mar no son migrantes por su propia voluntad. Intentan escapar del horror de Libia.
Según la ONU, solo en 2023, cruzaron el Mediterráneo más de 200.000 migrantes provenientes de Argelia, Libia y Túnez.
CA
