La Conferencia Episcopal de Escocia está tomando medidas contra un proyecto de ley de suicidio asistido. El mensaje es claro: la muerte asistida no es cuidado, es una «muerte barata».
El proyecto se propuso en el parlamento escocés en marzo. Permitiría a los enfermos terminales ser asistidos por médicos para poner fin a su vida. Si el proyecto de ley se aprueba, Escocia se convertiría en la primera parte del Reino Unido en legalizar la eutanasia.
En una carta, dirigida al Comité de Asistencia Social y Deporte, la Conferencia Episcopal Escocesa denuncia la amenaza que supone este proyecto de ley para el valor de la vida.
El suicidio asistido atenta contra la dignidad humana y hace que esta se valore cada vez más en función de su eficacia y utilidad…
La propuesta, para ser francos, ofrece una alternativa rápida y barata a los buenos cuidados paliativos.
Las palabras de los obispos escoceses reflejan la postura que el papa Francisco ha expresado a lo largo de su pontificado.
POPE FRANCIS
La práctica de la eutanasia, que ya se ha legalizado en varios países, solo aparentemente pretende promover la libertad personal; en realidad, se basa en una visión utilitarista de la persona, que se vuelve inútil o puede equipararse a un coste.
En su respuesta, los obispos también se basaron en investigaciones de otras zonas del mundo donde el suicidio asistido es legal, como el estado norteamericano de Washington, donde el departamento de salud informó de que el 59% de los pacientes solicitan el suicidio asistido porque se sienten una “carga”.
Los obispos escoces también mencionan a los Países Bajos. En 2022 se produjeron casi 9.000 muertes por eutanasia. En 2023, cinco personas menores de 30 años murieron por suicidio asistido. El motivo que alegaban, el autismo que padecían.
El miembro del parlamento escocés que propuso el proyecto de ley dice que espera que se debata este otoño y se vote en 2025.
AT
TR: AM
