Francisco sigue con la mirada puesta en China. No pierde la esperanza de visitar el país. Es algo que tiene en el horizonte y, de viajar, incluso sabe a qué lugar le gustaría ir.
Usted ha expresado su interés, su deseo, de hacer una visita apostólica a China…
-¡Uy, tengo ganas!
Si este deseo suyo se hace realidad, ¿qué lugares en China le gustaría visitar?
-Bueno, a la Madre, a SheShan…
Así se lo dijo el pontífice al jesuita Pedro Chia, de la Provincia China de la Compañía de Jesús. De producirse ese deseo, dijo el papa que le gustaría reunirse con los obispos chinos.
Estas declaraciones del papa no son nuevas. Lo ha dicho en varias ocasiones. Hasta el secretario de Estado del Vaticano las compartió con la prensa a finales de junio, cuando señaló que Francisco quería ir a China, pero no se daban las condiciones para que eso se hiciese realidad.
En cuanto al acuerdo Santa Sede-China sobre el nombramiento de obispos, que se firmó por primera vez en 2018, el cardenal Parolin aseguró ese mismo día que la renovación será a finales de año.
Pero en esa entrevista, el papa no solo habló de China. También se le preguntó por las críticas y resistencias que ha recibido durante su pontificado.
FRANCISCO
Bueno, a veces hay que esperar, aguantar… Y muchas veces, corregirse a uno mismo. Detrás de una resistencia, puede haber una crítica buena. Y también con dolor porque, a veces, las resistencias, como sucede en estos momentos, no son solo contra mi persona; son contra la Iglesia. Por ejemplo, hay un grupo, poca gente, que solamente reconoce hasta Pío XII y los papas de después ya no…
Con estas palabras, Francisco se refería a los conocidos como “sedevacantistas” y aseguró que con el tiempo estos grupos se irán integrando.
CA