Iraq consternó al mundo aquel verano de 2014. La noche del 6 de agosto se convirtió en un infierno para muchos. Los terroristas del ISIS invadieron la llanura del Nínive, obligando a la población a acatar la ley islámica. Más de 120.000 cristianos tuvieron que huir. No quisieron renunciar a su fe.
Desde el balcón del palacio apostólico, Francisco expresó su cercanía con palabras.
FRANCISCO
Las noticias que nos llegan de Iraq nos dejan incrédulos y consternados: miles de personas, entre ellas muchos cristianos, expulsadas brutalmente de sus hogares; niños que mueren de sed y hambre mientras huyen; mujeres secuestradas; personas masacradas; violencia de todo tipo.
También lo hizo con gestos concretos. El pontífice designó como su enviado especial al cardenal Fernando Filoni, que conocía bien la zona ya invadida por los radicales. Había sido nuncio en el país cuando estalló la guerra de Iraq de 2003. Once años después, volvía a la que fue por un tiempo su casa con una misión concreta: estar cerca de los cristianos perseguidos.
CARD. FERNANDO FILONI
Gran Maestre, Orden Santo Sepulcro de Jerusalén
Es una misión para dar aliento y confianza, ayuda espiritual, moral y psicológica. Vemos que después de tantas dificultades por las que han pasado, estos cristianos pueden llegar a pensar que su país no volverá a ser más su país.
Y si de gestos se trata, este sin duda es uno de los más impactantes. Francisco visitó en 2021 esa ciudad que fue destruida por el ISIS durante tres años. También rezó por las víctimas. A su alrededor, las ruinas de la que fue un día la cuna de la civilización.
Lo ocurrido en Iraq fue un genocidio. Así lo reconoció oficialmente el Parlamento Europeo en 2016, manifestando las atrocidades llevadas a cabo por los terroristas contra las minorías religiosas.
Ella es Pascale Warda. Es cristiana y fue ministra en el país. Estuvo meses escuchando testimonios de las torturas que sufrieron las mujeres. Muchas murieron; otras consiguieron ser rescatadas; aunque tantas, a día de hoy, siguen desaparecidas.
PASCALE WARDA
Exministra de Irak
Muchas mujeres cristianas vivieron esto también. Ellas también fueron torturadas. Todo lo que hemos escuchado que le hicieron a las yazidíes se lo hicieron a las cristianas, solo que las cristianas fueron menos que las yazidíes.
Diez años después, los cristianos están regresando al que fue su hogar. Ayuda a la Iglesia Necesitada ha colaborado a que 9.000 familias puedan regresar de donde fueron expulsados. Poco a poco, la grieta que esto dejó en el corazón de los cristianos se va cerrando, aunque es una herida a la que todavía le queda mucho tiempo para sanar.
CA
