Polémica en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París. Una escena controvertida con la que muchos cristianos se sintieron ofendidos. Consideran que es una burla a sus creencias por su similitud a la 'Última Cena'. En la puesta en escena, aparecían drag queens y un hombre casi desnudo pintado de azul.
Poco tardaron los obispos franceses en pronunciarse con este comunicado:
Pensamos en todos los cristianos de todos los continentes que se han sentido heridos por el escándalo y la provocación de ciertas escenas. Queremos que comprendan que la celebración olímpica va mucho más allá de los prejuicios ideológicos de unos pocos artistas.
Incluso algunos funcionarios del Vaticano expresaron sus quejas. Lo hizo Paglia, el presidente de la Pontificia Academia para la Vida; también un alto cargo del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Charles Scicluna.
También las iglesias en Oriente Medio, incluido el Patriarcado Latino de Jerusalén, han mostrado su disconformidad. Dicen lo siguiente:
Lo sucedido denota una completa ignorancia de los conceptos de libertad y dignidad humana. Aprovechar un evento global de esta envergadura es un declive de la convergencia humano-civil que alcanza el nivel más bajo en las relaciones humanas y, consecuentemente, la ausencia de aceptar la diversidad en la vida.
El obispo estadounidense Robert Barron publicó un vídeo que llegó a más de 3 millones de personas, planteando preguntas como estas…
¿Se habrían atrevido a burlarse del islam? ¿Habrían soñado con burlarse, de esta forma tan burda y pública, de una escena del Corán? Todos sabemos la respuesta.
Tras lo sucedido, el Comité Olímpico Internacional aclaró que la escena no estaba inspirada en la 'Última Cena'. Señalaron que no fue su intención faltar al respeto y pidieron perdón hacia todos aquellos que se llegaron a sentir ofendidos.
AT
TR: AM/CA
