Ante la inminente llegada de los Juegos Olímpicos el papa hizo una propuesta audaz. Sugirió retomar una antigua tradición.
FRANCISCO
Deseo que este evento pueda ser símbolo del mundo inclusivo que queremos construir y que los atletas, con su testimonio deportivo, sean mensajeros de paz y válidos modelos para los jóvenes. En particular, según la antigua tradición, que las Olimpiadas sean una ocasión para establecer una tregua en las guerras, demostrando una sincera voluntad de paz.
Minutos antes había comentado el evangelio del día. Dijo que que es importante detenerse durante cada jornada durante unos instantes.
FRANCISCO
¿Me sé parar durante la jornada? ¿Sé tomarme un momento para estar conmigo mismo y con el Señor, o en cambio estoy siempre con prisas, con prisas por las cosas que hay que hacer? ¿Sabemos encontrar un poco de “desierto” interior en medio de los ruidos y las actividades de cada día?
El papa dijo que es importante no ser víctimas del activismo y aprender a descansar para dar lo mejor de cada uno al prójimo.
JRB