Esta óptica lleva más de 50 años en una concurrida calle turística de Roma. Puede parecer un negocio como cualquier otro, salvo que entre sus clientes se incluye el papa Francisco.
ALESSANDRO SPIEZIA
Propietario, Spiezia Ottica
Tenemos esta amistad, esta estima. Soy muy afortunado porque, quizá la palabra amigo sea un poco fuerte, pero tener esa confianza con Su Santidad es algo maravilloso, algo maravilloso por lo que doy gracias al Señor.
Hace casi una década, el secretario del papa pidió a Alessandro que reparara las gafas de Francisco y a partir de ahí empezó esta relación única. Hasta en dos ocasiones el pontífice ha salido de los muros vaticanos para acudir a una cita en la óptica.
ALESSANDRO SPIEZIA
Propietario, Spiezia Ottica
Es un personaje realmente único. Siempre le he llamado el padre del mundo. No es el papa… es el padre del mundo. Porque nos quiere a todos y, en mi opinión, tiene su propia manera de mostrar afecto hacia todo y hacia todos.
La relación de la familia con el Vaticano se remonta a antes de Francisco. Alessandro y su hijo, Luca, tuvieron la oportunidad cuidar de la vista de otros dos papas: Benedicto XVI y Juan Pablo II.
ALESSANDRO SPIEZIA
Propietario, Spiezia Ottica
El Papa Wojtyla tenía un defecto un tanto peculiar, en el sentido de que era ambliopía, es decir, un ojo era hipermétrope y el otro miope, por lo que, al final, sólo se usan gafas en determinados momentos.
La óptica Spiezia ha recorrido un largo camino desde que Alessandro la abrió en 1967. De contar con la confianza de tres Papas hasta, incluso, fabricar gafas para el director italiano Federico Fellini.
KG
TR: AM