Francisco interrumpió de nuevo su descanso en el mes de julio para mantener un encuentro oficial. Fue con representantes de seis congregaciones religiosas con motivo de sus capítulos generales.
Les pidió imitar a Dios siendo personas sencillas.
FRANCISCO
El amor de Dios es sencillo y su belleza es sencilla. No es una belleza sofisticada.
Pedid también vosotros al Señor la sencillez; a nivel personal y también en las dinámicas sinodales del camino comunitario, despojándoos de todo lo que no sirva o que puede obstaculizar la escucha y la concordia en vuestros procesos de discernimiento.
Les dijo que era importante tener vocaciones, rezar ante el sagrario y evitar a toda costa la ambición dentro de sus congregaciones: dijo, literalmente, que es “la peste” en la vida consagrada.
JRB