Así llegaba Francisco a las puertas del Aula del Sínodo, en el Vaticano, donde lo esperaba el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida.
Ya en el interior, Francisco fue recibido entre aplausos por los participantes en el encuentro anual con moderadores de diferentes asociaciones de fieles y movimientos eclesiales.
En su discurso, Francisco señaló que los movimientos que son “cerrados” hay que borrarlos porque no son eclesiales. Sobre esto, el papa planteó varias preguntas de reflexión.
FRANCISCO
¿Qué quiere Dios de mí, qué quiere Dios de nosotros en este momento, en esta situación? Lo que tengo en mente, lo que como grupo tenemos en mente, ¿es realmente el pensamiento de Dios? Recordemos que el protagonista del camino sinodal es el Espíritu Santo, no nosotros.
Los presentes forman parte de 95 realidades eclesiales de las 117 que reconoce la Santa Sede. El tema central del encuentro fue la sinodalidad.
CA