Así estaba el olivo que plantaron hace 10 años en los Jardines Vaticanos como símbolo de la paz entre Israel y Palestina.
En su discurso el papa pidió que no se olvide el gesto que en 2014 los presidentes de Israel y Palestina realizaron ahí. Un gesto por la paz.
FRANCISCO
Recordar hoy ese evento es importante, especialmente a la luz de lo que, por desgracia, está sucediendo en Palestina e Israel
En un tiempo marcado por los trágicos conflictos, es necesario renovar el compromiso para construir un mundo pacífico.
El papa pidió el cese del fuego, la liberación de los rehenes, ayuda humanitaria para la población de Palestina y que se reconstruyan las casas destruidas para que quienes tuvieron que abandonarlas por los bombardeos puedan regresar.
FRANCISCO
La paz, de hecho, no se hace solo con los acuerdos fijados en papel o sobre las mesas de negociación de temas humanos o políticos. La paz nace de corazones transformados, surge cuando cada uno de nosotros es alcanzado y tocado por el amor de Dios, que disuelve nuestros egoísmos, rompe nuestros prejuicios y nos da el gusto y la alegría de la amistad, de la fraternidad, de la solidaridad recíproca.
El papa repitió la oración por la paz que recitaron los líderes, todos juntos, en aquel ahora tan lejano 2014. Y al terminar representantes judíos, musulmanes y de la Iglesia ortodoxa regaron el olivo que plantaron hace 10 años.
A la celebración, además, asistieron embajadores acreditados ante la Santa Sede y una veintena de cardenales residentes en Roma.
JRB