El cardenal canadiense Marc Ouellet cumple 80 años y deja de votar en caso de cónclave. Su trayectoria en el Vaticano ha sido larga e influyente, ocupando importantes puestos de responsabilidad e incluso llegando a ser considerado “papable” en el cónclave de 2013.
Pero su vocación sacerdotal se remonta a cuando tenía 16 años. Esta experiencia le hizo darse cuenta de cuál era su camino.
CARD. MARC OUELLET
Prefecto emérito, Dicasterio para los Obispos
Fue en un accidente. Yo me rompí una pierna jugando y, entonces, eso me frenó. Yo era un apasionado de los deportes, de hockey. Entonces, yo perdí toda la temporada de deportes este año, pero me puse a meditar y a rezar, y cada día a hacer un rato de oración, que yo no hacía antes, y a raíz de eso fue creciendo un despertar vocacional.
Ouellet decidió entrar al seminario y se unió a la Compañía de Sacerdotes de San Sulpicio en 1972. Después, fue misionero en Colombia, donde enseñó en varias universidades.
Fue en 2002 cuando Juan Pablo II lo ordenó arzobispo de Quebec y, al año siguiente, fue creado cardenal por el papa polaco.
Su cargo en Canadá duró hasta 2010, cuando Ouellet fue llamado a Roma para desempeñar dos importantes puestos en la curia: ser presidente de la Pontificia Comisión para América Latina y prefecto del Dicasterio para los Obispos.
Este último es clave en el Vaticano, puesto que se trata del departamento de la Santa Sede que aconseja al papa en la selección de los nuevos prelados.
CARD. MARC OUELLET
Prefecto emérito, Dicasterio para los Obispos
Desde hace 13 años constaté que no había vocaciones, que en las comunidades había tensiones y rivalidades, que faltaba un sentido misionero, el que el papa está intentando infundir. Por eso creo que los obispos son los primeros destinatarios de estas reflexiones.
En 2022, salió a la luz una acusación por presunta agresión sexual a una becaria cuando era arzobispo de Quebec. Tras una investigación que ordenó el papa para esclarecer el caso, se determinó que no había suficientes motivos para abrir un proceso canónico. Ouellet, desde el principio, mantuvo que era inocente.
CA