Es una de las representaciones de Cristo más impactantes. Jesús en la cruz, con el rostro escondido, mira hacia abajo. No hay sufrimiento en su imagen; tampoco están los atributos de la Pasión: no hay heridas, ni clavos, ni corona de espinas. Tan solo la figura del Señor postrada en mitad de un cielo oscuro que abre paso en perspectiva al mar, donde trabajan dos pescadores.
Esto fue lo que quiso representar el pintor español Salvador Dalí. Sin embargo, su inspiración para hacer este cuadro no se entendería sin ver este pequeño trocito de papel: una reliquia de San Juan de la Cruz que impresionó al artista catalán.
P. ALESSIO GERETTI
Responsable, Eventos de Arte del Jubileo 2025
La idea de este Cristo nació en él tras una visita a Ávila a finales de diciembre de 1948, cuando, al entrar en el Monasterio de la Encarnación, las monjas carmelitas le mostraron el pequeño dibujo realizado de su puño y letra por el carmelita Juan de la Cruz hacia 1572, tras una visión mística que el hombre en éxtasis había recibido de Dios.
Por primera vez en la historia, estas dos obras se exponen juntas, y el sitio escogido ha sido Roma. Una iniciativa de cara al Jubileo que tiene como fin acercar el arte religioso a residentes romanos y turistas de todo el mundo.
Aunque si alguno de ellos mira de cerca el cuadro, podrá darse cuenta de este pequeño detalle. Al fondo, hay unas montañas que contrastan con el paisaje de alrededor. Los picos forman un perfil único: ni más ni menos que el rostro de Dalí.
P. ALESSIO GERETTI
Responsable, Eventos de Arte del Jubileo 2025
Hay un error evidente porque hay una formación montañosa muy irregular y desigual, que él pone allí en el horizonte. En realidad, Dalí no está ahí. En realidad es el perfil del artista que, como si estuviera recostado mirando a Cristo, quiso inscribirse dentro del cuadro para rendir su homenaje personal al Señor que se revelaba interiormente a Salvador en aquel momento de su vida.
Esta muestra se inauguró el pasado 13 mayo y estará en Roma hasta el 23 de junio. Se espera que cuando acabe sean más de 300.000 los peregrinos que hayan pasado por este espacio de la ciudad eterna para deleitarse con estas imágenes de Cristo; ambas, con esencia española.
CA