El día del Corpus Christi es uno de los pocos al año en los que el papa preside una misa en Roma. De ahí la tradición de que los papas vayan a la basílica de San Juan de Letrán, que es la catedral de la diócesis, para la celebración de la Eucaristía.
Eso mismo será lo que Francisco hará el domingo, por lo que el 2 de junio volverá a ser un día especial en la capital italiana. El papa retomará esta cita con los fieles romanos después de varios años trasladándose a las afueras de la ciudad para celebrar este día, quedándose en el Vaticano por motivos como la pandemia o incluso cancelando su presencia por problemas de salud.
De hecho, después de la misa, la tradición es ir en procesión hasta Santa María la Mayor; un recorrido que Francisco realizó a pie solo el primer año de su pontificado. Los siguientes, por sus dolencias de rodilla, se trasladaba directamente en coche hasta la basílica papal. Una vez allí, el pontífice imparte la bendición.
El Corpus Christi es una de las principales solemnidades del año litúrgico. Hasta 2017, la tradicional misa y posterior procesión en Roma se realizaba el jueves, nueve días después de Pentecostés. Pero el papa Francisco cambió la fecha y, desde entonces, se realiza ese mismo domingo.
CA