Cada mes Francisco pide a los cristianos que recen por una intención particular. En junio ha pedido rezar por quienes hayan tenido que abandonar sus hogares y sus países.
El papa define esa situación como “drama”. Recordó cómo, por un lado, estas personas viven en situaciones límite: huyen por guerras o por pobreza. Y a este problema “se une muchas veces el sentimiento de desarraigo, de no saber a dónde se pertenece. Además, en algunos países de llegada, los migrantes son vistos con alarma, con miedo”.
“Los cristianos no podemos compartir esta mentalidad. El que acoge a un migrante, acoge a Cristo”, sentencia.
KG
TR: JRB