Durante este encuentro con los jóvenes que participan en la iniciativa de Scholas el papa respondió a algunas preguntas que le lanzaron los estudiantes. Algunas de ellos fueron sobre su niñez. Francisco recordó cuando pasaba las tardes en casa de sus abuelos para que su madre cuidara tranquila de su hermano pequeño recién nacido..
FRANCISCO
Y el recuerdo más antiguo es cuando venía la abuela y me llevaba a casa de ellos y pasaba el día con los abuelos hasta después de almorzar. Claro, ahí se hablaba piamontés, o sea que mi primera lengua fue el piamontés. Y después aprendí el castellano.
También habló de cómo nació su cariño a la literatura. Y hasta recitó de memoria la parte de un poema de Borges.
FRANCISCO
Sólo una cosa no hay. Es el olvido.
Dios, que salva el metal, salva la historia,
y esconde en su profética memoria
las lunas que serán y las que han sido.
Y yo recuerdo en casa papá algunas noches de chicos nos leía “Corazón” de Edmundo De Amicis y eso fue introduciendo en la literatura. El abrirse a la literatura.
Los jóvenes le preguntaron al papa cómo amar la vida.
FRANCISCO
Lo peor que puede suceder en la vida es que el dolor te cierre. Es un poco el gesto... de los dientes. El dolor te hace arisco. Dejar lugar a la caricia. El dolor pide ser acariciado. El dolor pide eso. Dejar lugar a la esperanza. Cuando el dolor se cierra en sí mismo es venenoso siempre.
Este fue el primer encuentro internacional organizado por la Universidad del Sentido, la institución promovida por el papa en 2020 y que está dentro de Scholas. Este organismo impulsa el contacto entre estudiantes de distintas culturas y países para promover la fraternidad.
JRB