El Vaticano señala que el no hay indicios de mala conducta o abuso por parte del cardenal Lacroix, al que se le acusaba de haberse sobrepasado sexualmente en la década de los 80 de una joven que en aquel momento tenía 17 años. El purpurado estaba en su último año de seminario.
Así lo determina la investigación preliminar que le encargó en febrero el papa Francisco a André Denis, un juez canadiense ya retirado. En un comunicado, la Santa Sede explica que, al no haber encontrado evidencias concretas, no abrirá un proceso canónico contra él. El papa también ha autorizado al magistrado a publicar sus motivaciones.
La acusación contra Lacroix forma parte de una demanda colectiva que interpusieron por la vía civil 147 víctimas contra casi un centenar de miembros de la Diócesis de Quebec.
Cuando se anunció que el papa había ordenado una investigación, los abogados de la presunta víctima de Lacroix afirmaron que esta se negaba a colaborar en los informes. Los motivos: que prefería ir por lo civil porque un juicio canónico no les garantizaba independencia y credibilidad.
Con el proceso eclesiástico de la Santa Sede ya concluido, ahora falta que se pronuncien los jueces canadienses, puesto que son dos procesos completamente separados en materia jurídica.
Por su parte, el cardenal Lacroix ha estado reiterando desde el principio su inocencia. Dijo, además, que se comprometía a respetar el juicio civil.
CARD. GÉRALD LACROIX
Arzobispo de Quebec (Canadá)
Me gustaría reiterar que niego categóricamente las acusaciones que se han hecho públicas. Que yo sepa, nunca he tenido ningún gesto inapropiado con nadie, sea menor o adulto. Mi alma y mi conciencia están en paz con estas acusaciones, que refuto. Aunque mi corazón y mi mente están en paz, también debo confesar que estoy profundamente afectado, como muchos de ustedes, por la magnitud del daño causado por estas acusaciones infundadas. Me comprometo a respetar el proceso judicial de la presente demanda colectiva.
El cardenal Lacroix es uno de los colaboradores más cercanos al papa Francisco. Es miembro del C9, el grupo de cardenales que le asesora en el Gobierno de la Iglesia. De hecho, cuando salieron a la luz las acusaciones, se retiró temporalmente de sus funciones como arzobispo de Quebec, aunque sí ha viajado al Vaticano para mantener las reuniones previstas del consejo cardenales.
CA