Francisco aterrizó en Verona para realizar una visita pastoral a los fieles de esta ciudad al norte de Italia y, también, para participar en un encuentro por la paz.
Su primera parada fue la basílica de San Zenón, donde lo recibieron religiosos y consagrados entre aplausos. Una vez dentro, el pontífice se detuvo a rezar ante las reliquias del patrón de Verona.
CA