El 1 de mayo el nuevo embajador de Venezuela presentó sus credenciales al papa.
Buenos días, señor embajador.
Un honor y una bendición para mí y para el pueblo de Venezuela tener la oportunidad de entregar mis credenciales como embajador de Venezuela ante la Santa Sede.
Le agradezco mucho, señor embajador.
Reciba los saludos del presidente Maduro que le manda su cariño y su afecto.
En el encuentro Francisco sorprendió con esta declaración.
Lo vamos a canonizar.
Quizás era más un deseo que una afirmación. En todo caso la estatua que el embajador sostenía parecía una del beato José Gregorio Hernández; el médico venezolano que vivió entre los siglos XIX y XX y que podría convertirse así en el primer santo declarado del país.
Las relaciones entre el Vaticano y Venezuela son muy delicadas. En 2016 la Santa Sede medió entre el gobierno y la oposición pero las reuniones no tuvieron éxito. Desde entonces el papa ha mantenido un perfil discreto, interviniendo ocasionalmente para pedir paz en el país.
JRB