El papa aterrizó en la prisión de mujeres en la isla Giudecca, en Venecia. Su viaje se debe a la Bienal de Arte, una exposición de artistas internacionales donde la Santa Sede tiene su propio pabellón titulado “Con mis ojos”
El lugar alberga a 80 mujeres. Tras la primera aparición del pontífice, las reclusas se pusieron de pie para recibirlo entre aplausos.
PA