El papa veneró las reliquias del santo en la Basílica de San Marcos. Tras la celebración eucarística, Francisco se detuvo en un momento de oración antes de partir hacia Roma.
La basílica es conocida como la “iglesia de oro” por sus mosaicos bizantinos. Fue construída para albergar las reliquias del evangelista, nombrado patrono de la ciudad. Sus restos permanecen en el retablo de oro del interior de la basílica.
PA