Francisco saludó a los jóvenes desde el Canal Grande al que se asoma la basílica de Santa María de la Salud, escenario donde tendría lugar el encuentro minutos después.
En su discurso el pontífice dio indicaciones muy concretas. Señaló que no hay vida de fe hasta que uno no descubre su propia belleza.
FRANCISCO
Pero señor papa… no es cierto. Yo soy feo, soy fea. No. Nadie es feo. Cada uno de nosotros es hermoso, es hermosa y tiene un tesoro dentro de sí, un hermoso tesoro para compartir y dar a los demás. ¿Estáis de acuerdo con esto o no?
Les animó a hacer un ejercicio diario al levantarse: reconocer su propia belleza y dar gracias a Dios por eso. Y que es muy importante no dejar de hacer este ejercicio porque las grandes conquistas requieren tiempo. Y la vida de fe y la capacidad de resistir a los pensamientos negativos se desarrollan cuando uno es consciente del propio valor.
FRANCISCO
Recuerda que para Dios no eres un perfil digital sino un hijo. No eres un prefil digital sino un hijo que tiene un Padre en los cielos y que, por tanto, eres hijo del Cielo. Pero padre, esto es demasiado romántico. No. Es la realidad, querido, querida. Pero debemos descubrirla en nuestra vida. No en los libros. En la vida, en nuestra vida.
Y no es fácil pero ese es el secreto. Sí, el secreto de las grandes conquistas es la constancia.
En total eran casi 1.500 los jóvenes presentes en esta localización privilegiada de la ciudad; a los pies de Santa María de la Salud, ejemplo del barroco veneciano y situado casi en la punta que separa dos de los grandes canales de Venecia.
JRB