Europa da un paso más contra la trata de personas, incluyendo en su nueva ley los vientres de alquiler. Así se ha aprobado tras una votación que ha salido adelante en el Parlamento prácticamente por unanimidad. Sin embargo, tiene algunos matices: se considerará delito cuando la mujer sea coaccionada para gestar.
Desde el Vaticano, se han pronunciado en contra de la gestación subrogada en varias ocasiones. Lo hicieron el responsable del departamento de la Santa Sede que se dedica a este tipo de cuestiones y el propio papa.
FRANCISCO
Considero deplorable la práctica de los llamados vientres de alquiler, que atenta gravemente contra la dignidad de la mujer y de su hijo. Se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre. Un hijo es siempre un regalo y nunca el objeto de un contrato.
CARD. VÍCTOR MANUEL FERNÁNDEZ
Prefecto, Dicasterio Doctrina de la Fe
Esto no significa no comprender la sensibilidad de la persona que desea un hijo que sea verdaderamente suyo, pero hay una invitación a trascender ese deseo, porque estamos hablando de la dignidad de la persona, que es algo mucho más grande que el deseo que uno pueda tener.
En casi todos los países de la Unión Europea, es ilegal la gestación subrogada. En Grecia, Portugal y Georgia se puede realizar, aunque con distintos requisitos. Por ejemplo, en algunos países es necesario presentar un certificado de infertilidad o alegar que uno de los dos miembros de la pareja reside en el lugar donde se solicita.
Fuera de la Unión Europea, hay dos países que llevan la bandera de los vientres de alquiler. Uno es Estados Unidos, que es el líder mundial. España uno de sus principales clientes. En 2022, 138 niños españoles nacieron allí con este método, que puede llegar a costar hasta 170.000 euros en algunos estados americanos.
El otro es Ucrania antes del estallido de la guerra, donde tener un hijo era mucho más barato: entre 35 y 45.000 euros. Eso sí, a diferencia de Estados Unidos, los procesos legales eran bastantes complicados y con menos garantías.
SVIATOSLAV SHEVCHUK
Arzobispo Mayor, Iglesia Greco-Católica Ucraniana
Por cualquier razón que sea, una pareja que pidió un bebé de un vientre alquilado puede negar cualquier responsabilidad. Puede abandonar a la mujer con el bebé. Es realmente desgarrador, porque este tipo de relación entre la mujer y los centros reproductivos es realmente una relación de esclavitud.
Uno de los motivos que llevan a las mujeres a someterse a este tipo de explotación reproductiva es la falta de recursos económicos. En países como Nigeria, es un negocio clandestino, ya que existe un vacío legal: no está prohibida pero tampoco hay una ley que la regule.
SONNIE EKOWOWUSI
Presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Constitucionales de Nigeria
Conocemos las historias de personas han recibido mucha presión. La gente pide a las mujeres que comercialicen sus vientres. Pero les aconsejamos que no lo hagan. Por ejemplo, tenemos chicas jóvenes en universidades que han recibido estas ofertas. Debido a la presión, debido a la pobreza, lo consideran, acuden a nosotras y nos preguntan qué hacer. Siempre les aconsejamos que digan no, no, porque es una práctica peligrosa.
Según la ONG suiza 'International Social Security', cada año nacen en todo el mundo unos 20.000 niños por vientres de alquiler.
CA
