El Parlamento europeo da luz verde a un nuevo pacto migratorio, que se ha aprobado en la Eurocámara tras 10 años de trabajo con posturas divididas, tensiones y un resultado muy ajustado: 300 votos a favor y 270 en contra.
El pacto consiste en cinco medidas legislativas, que ahora tendrán que apoyar los 27 Estados El objetivo es que los países dejen de “ir por libre” y todos estén obligados a ayudar en el asilo de los migrantes que llegan a Europa. En 2023, por ejemplo, recibieron más de 1 millón de solicitudes de protección.
ALBERTO ARES
Director, Servicio Jesuita a Refugiados (Europa)
Nosotros creemos que lo que se ha pactado, lo que se ha firmado, no va a mejorar en gran medida esto. ¿Por qué? Porque seguirá habiendo una responsabilidad muy grande de los Estados primeros, donde se incorporen las personas refugiadas que intentan solicitar el asilo en Europa y donde esa solidaridad está marcada por diferentes niveles de modelos de solidaridad.
Con este pacto, hay dos novedades: se incluye un procedimiento fronterizo rápido, de máximo 12 semanas, para estudiar el caso particular del migrante. Muchas ONG o instituciones como el Servicio Jesuita al Refugiado temen que no se produzcan evaluaciones justas y completas.
ALBERTO ARES
Director, Servicio Jesuita a Refugiados (Europa)
Esto no sabemos cómo se implementará en cada uno de los países, pero va a suponer, pues seguramente, una situación que va a complicar la llegada de las personas, y también lo que decíamos, que puedan ser expulsadas sin tener un proceso claro. Sin duda, creemos que este va a ser un elemento importante y que va a generar, de alguna manera, pues una mayor presión sobre los países fronterizos.
Otra novedad es que todos tienen la obligación de contribuir para aliviar la carga a los países del sur, como España, Italia o Grecia. Sin embargo, hay varias opciones: si un Estado se niega a acoger a un migrante, podrá pagar 20.000 euros por cada uno al país al que llegó primero.
ALBERTO ARES
Director, Servicio Jesuita a Refugiados (Europa)
Bueno, vamos a poder pagar al primer país para que esa persona se quede ahí y la atiendan -vamos a decir, para que nos entendamos bien- con lo que eso significa: ¿qué ocurrirá cuándo ese tiempo pase?
Bruselas también ha firmado acuerdos con terceros países, como Libia, Turquía, Túnez o Egipto, a los que se les dará dinero de la UE a cambio de medidas para reducir los flujos migratorios o donde irán los migrantes cuya solicitud no haya sido aceptada en Europa.
ALBERTO ARES
Director, Servicio Jesuita a Refugiados (Europa)
Además de un modelo que aparece también en el pacto que, así entendido, nosotros llamamos la “externalización” de fronteras, es decir, tener acuerdos con terceros países “seguros”; que todos sabemos que muchos de estos países donde firmamos sabemos que ha sido “dudoso” -vamos a decirlo así- que no haya una vulneración de derechos y menos en el proceso de las personas migrantes.
Europa lleva haciendo frente a la crisis migratoria desde hace años; algo que sigue afectando a día de hoy al continente.
CA
