Reclusas no pueden contener las lágrimas cuando el papa les lava los pies

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28/03/2024
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El papa se desplazó hasta una prisión de las afueras de Roma para presidir la celebración del Jueves Santo que conmemora la Última Cena.

En la homilía Francisco reflexionó sobre el gesto de Jesús de lavar los pies a sus discípulos y la traición de Judas. En ese sentido habló de la importancia del perdón.

FRANCISCO
Una vez escuché a una viejecita sabia, una viejecita que no era del pueblo y que dijo esto: Jesús no se cansa nunca de perdonar. Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón. Pidamos hoy al Señor la gracia de no cansarnos. Siempre, por nuestros pequeños fracasos, grandes fracasos. Cada uno tiene su propia historia pero el Señor nos espera siempre con los brazos abiertos y no se cansa nunca de perdonar.

Siguiendo la tradición, el papa lavó los pies de 12 personas de la prisión. Era la primera vez que todas eran mujeres. A pesar de sus recientes problemas de salud el papa quiso realizar el gesto personalmente. Lo hizo desde la silla de ruedas. Fue un momento que suscitó lágrimas entre algunas de las reclusas.

Después de la misa, entregaron al papa varios regalos elaborados en la prisión, como una cesta llena de productos de la huerta que ellas mismas cultivan.

Y el papa tampoco salió de allí sin darles un presente: una imagen de la Virgen con el Niño Jesús.

Me gustaría dejar en esta casa este don, esta imagen de la Virgen que me regalaron e inmediatamente pensé en vosotras. Y os la dejo.

Esta no fue la primera vez que el papa visitó esta prisión. En 2015 también celebró ahí el Jueves Santo, aunque en esa ocasión lavó los pies de hombres y mujeres.

KG
TR: JRB

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