Muchas de las menores que viven aquí se quedaron embarazadas después de sufrir abuso sexual.
En el hogar Santa María Eufrasia reciben apoyo psicológico, material y espiritual para salir adelante. Por aquí ya pasaron más de 1.000 jóvenes en las últimas cuatro décadas. Algunas de ellas regresan después de muchos años para visitar el hogar que las acogió en uno de los momentos más difíciles.
RAQUEL GONZÁLEZ
Directora, Hogar Santa María Eufrasia
Entonces cuando ella viene a visitar el hogar, ella quería que su esposo conociera el lugar donde ella había tenido su primer bebé. Ahí fue que la conocí, compartió conmigo y ella me decía “yo quería que mi esposo conociera dónde pasé los días más felices de mi adolescencia”.
Raquel ha trabajado en el centro durante 10 años y dice que no es fácil lidiar con el trauma que sufrieron estas niñas.
RAQUEL GONZÁLEZ
Directora, Hogar Santa María Eufrasia
Pues con mucha sensibilidad, primero, hay que trabajar caso a caso. Empoderándolas y fomentando el apego, ese apego, que su hijo es una bendición, que su hijo es un regalo de Dios.
Para lograr ese apego entre mamá y bebé y que esos bebés no sean víctimas de maltrato, de ciclos de maltrato que tengan que continuar en un futuro.
El centro es gestionado por las hermanas del Buen Pastor de Santa María Eufrasia. Santa María Eufrasia fundó la congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor en 1835. El lema que está escrito en las paredes del centro de acogida en Puerto Rico es una de sus frases más conocidas: “Una persona vale más que un mundo”.
PA