El papa advirtió contra la tendencia de quedarse instalados en sentimientos melancólicos que producen un cierto placer pero que impiden pasar página o salir adelante. Dijo que esa costumbre de saborear la tristeza es en realidad victimismo. Por eso invitó a los fieles a aceptar el reto de gestionar la melancolía de forma positiva, como un impulso para reconducir sus vidas.
FRANCISCO
La tristeza es como el placer del no placer. Alegrarse de que algo no sucedió. Es como tomar un caramelo amargo, amargo, amargo. Sin azúcar, sin sabor. Y comerse el caramelo.
Durante su saludo a los peregrinos en Italiano, el papa pidió que no se olviden de los que sufren la guerra: Ucrania, Palestina, Israel y Birmania.
Francisco finalizó su audiencia recordando una festividad que la Iglesia celebrará pronto.
FRANCISCO
Que la Virgen de Lourdes, a quien celebraremos el próximo domingo, os acompañe con ternura maternal en vuestro camino. Mi bendición para todos.
La celebración de la Virgen de Lourdes se enmarca en la Jornada Mundial del Enfermo, una ocasión del cuidado a los más débiles que se vive con intensidad en el santuario de Francia.
PA
