Durante su catequesis sobre vicios y virtudes el papa afrontó la gula.
Señaló con preocupación el hecho de que el ser humano se haya abocado al consumo y la explotación frenética de bienes, recursos o placeres.
FRANCISCO
Pero la voracidad con la que nos hemos desencadenado, desde hace algún siglo hasta nuestros días, hacia los bienes del planeta, está comprometiendo el futuro de todos.
Hemos renunciado al nombre de hombres para asumir otro: consumidores. Y hoy se habla así en la vida social. Los consumidores.
Además también señaló que la relación de las personas con la comida es más profunda de lo que parece. Como ejemplo puso los trastornos alimenticios de la bulimia, la anorexia o la obesidad.
FRANCISCO
Se trata de enfermedades, a menudo dolorosísimas, que además están ligadas a tormentos de la psique y del alma. Hay una relación entre el desequilibrio psicológico y la manera de comer. La alimentación es la manifestación de algo que hay en el interior: una predisposición al equilibrio o al exceso.
Como suele hacer siempre, al terminar el papa pidió seguir rezando por la paz en lugares de conflicto.
JRB