A la basílica de San Pedro acudieron miles de personas para celebrar la fiesta de la Epifanía. Francisco presidió la misa en la que reflexionó en la figura de los Reyes Magos y su capacidad para dejarse llamar por la estrella. Dijo que son ejemplo de cómo encontrar la propia vocación.
FRANCISCO
Esta es la llave que libera el significado verdadero de nuestra existencia. Si vivimos encerrados en el estrecho perímetro de las cosas terrenales, si caminamos con la cabeza gacha, secuestrados por nuestros fracasos y nuestras aflicciones, si estamos hambrientos de bienes y consuelos mundanos, que hoy están pero mañana no, en vez de ser buscadores de luz y de amor, nuestra vida se apaga.
El papa desafió a los presentes a llevar una fe práctica y no teórica, a moverse y mojarse, a correr riesgos.
FRANCISCO
Encontrar a Dios en carne y hueso, en los rostros que cada día nos pasan delante, especialmente en el de los más pobres. Los magos, de hecho, nos enseñan que el encuentro con Dios siempre nos abre a una esperanza más grande que nos hace cambiar el estilo de vida y nos hace transformar el mundo.
Tras la misa el papa rezó el ángelus con los fieles en la plaza. Allí recordó el aniversario del encuentro ecuménico de 1964.
FRANCISCO
Hace 60 años, justo en estos días, el papa san Pablo VI y el patriarca ecuménico Atenágoras se reunieron en Jerusalén, rompiendo un muro de incomunicación que durante siglos había mantenido alejados a católicos y ortodoxos. Aprendamos del abrazo de estos dos grandes de la Iglesia en la senda de la unidad de los cristianos, rezando juntos, caminando juntos, trabajando juntos.
La epifanía es un día que reclama a los niños y a la evangelización y, de hecho, el papa pidió oraciones por los niños que viven en territorios de misión.
KG
TR: JRB