Como cada año en el día del bautismo del Señor el papa bautiza a los hijos de empleados del Vaticano en uno de los mejores escenarios que pueda haber: la Capilla Sixtina (tipo 33:34?).
El papa dio una homilía breve en la que pidió a los padres no perder de vista la importancia del regalo que iban a recibir sus hijos con ese sacramento.
FRANCISCO
Y ellos son los protagonistas en esta ceremonia. Que hablen, que caminen, que griten… ellos mandan porque es su fiesta. Recibirán el don más hermoso, el don de la fe, el don del Señor.
Y como siempre, Francisco también señaló a los padres que no se dejen intimidar por el imponente escenario de la Capilla Sixtina y que atiendan a sus hijos como si estuvieran en su casa.
FRANCISCO
Si lloran, por el momento están en silencio pero es suficiente que uno dé la nota para que comience “el concierto”, dejadles llorar. Si tienen hambre, dadles de pecho, tranquilas, aquí. Si tienen calor, quitadles la ropa, que a veces el calor puede sentar mal.
Lógicamente en el momento del bautismo, hubo bebés que reaccionaron con mucha tranquilidad. Otros no tanto.
Y como suele hacer siempre, el papa pidió a los padres que recuerden a sus hijos la fecha de su bautismo para que lo celebren.
JRB