En la noche de Navidad el papa pidió a los cristianos dejarse sorprender por el mensaje de la Navidad y abandonar lo que llamó la “idolatría del consumismo”.
FRANCISCO
Hermanos y hermanas, este es el estupor de la Navidad: no una mezcla de afectos melosos y de consuelos mundanos, sino la inaudita ternura de Dios que salva el mundo encarándose.
No faltaron alusiones a la situación en Tierra Santa. Tanto en la misa como antes de impartir la bendición Urbi et Orbi el papa Francisco dedicó mensajes a las dos partes envueltas en el conflicto y sobre todo a las víctimas.
FRANCISCO
Llevo en el corazón el dolor por las víctimas del abominable ataque del 7 de octubre pasado y renuevo un apremiante llamamiento para que se libere a quienes aún están retenidos como rehenes. Suplico que cesen las operaciones militares, con sus dramáticas consecuencias de víctimas civiles inocentes, y que se remedie la desesperada situación humanitaria permitiendo la llegada de ayuda.
Desde el balcón de la basílica el papa insistió en pedir tanto a los actores implicados en el conflicto como a la comunidad internacional un mayor compromiso por la paz en la región.
FRANCISCO
Que no se siga alimentando la violencia y el odio, sino que se encuentre una solución a la cuestión palestina, por medio de un diálogo sincero y perseverante entre las partes, sostenido por una fuerte voluntad política y el apoyo de la comunidad internaciona.
Al mismo tiempo el papa pidió por la paz en otras regiones del mundo azotadas por la inestabilidad y la violencia. Citó países como Yemen, Sudán del Sur, la región del Sahel y pidió para que se termine la crispación en el continente Americano y que se trabaje para ayudar a las personas necesitadas. Pidió no perder la esperanza por la paz y que para empezar, se pare el tráfico de armas.
En la plaza el ambiente era de fiesta. Miles de personas de multitud de países se acercaron al Vaticano en este día tan especial para estar cerca del papa y rezar por la paz.
JRB
