Muchos obispos querrían mandar a sacerdotes, religiosos o laicos de sus diócesis a estudiar a Roma, donde se calcula que el coste en un año entre alojamiento y estudios ronda los 18.000€ anuales. Sin embargo pagar esa cuota es todo un desafío para aquellos lugares del mundo donde hay pocos recursos.
Es por eso que la Fundación Carf se propone recoger donaciones que permitan resolver ese problema a lugares de la periferia.
LUIS ALBERTO ROSALES
Director General, Fundación CARF
En sintonía con lo que dice el papa Francisco toda la gente que viene, que ayudamos, que becamos, es gente del segundo y tercer mundo. Ellos adquieren el compromiso con su obispo, con su superior religioso, de volver y también como nosotros, todos vuelven.
No se trata de una cuestión menor. Por ejemplo, en el sínodo sobre la Amazonia el papa lamentó que muchos sacerdotes de esa región se quedaran en países del primer mundo en lugar de volver a sus países en donde, en algunas regiones, hay una fuerte escasez de sacerdotes.
FRANCISCO
Es verdad que a veces —y esto me pasó a mí siendo obispo en otra diócesis— te viene uno que vos lo mandaste a estudiar y se enamoró del lugar y quedó en el lugar y con todo lo que ofrece el primer mundo y no te quiere volver a la diócesis. Y claro, uno por salvar la vocación, cede. Pero en ese punto, tener mucho cuidado y no favorecer.
De hecho, el Director General de la Fundación Carf reconoce que no es algo sencillo. En países heridos por el flagelo de la guerra, regresar a casa, puede ser algo difícil para algunos sacerdotes. Sin embargo, la idea de este proyecto es invertir en personas que puedan volver a sus diócesis para ayudar de la mejor manera posible.
De hecho a algunos antiguos alumnos se les ha podido ver involucrado en la organización de algunos viajes papales o ayudando con la traducción. 130 han sido nombrados obispos
LUIS ALBERTO ROSALES
Director General, Fundación CARF
Este último curso han acabado... en los últimos años, aproximadamente, poco más de 200 personas: sacerdotes, seminaristas, religiosas, religiosos, que han acabado su carrera de Teología, su licenciatura, su doctorado. Pocas agencias internacionales devuelven gente al segundo y tercer mundo en este volumen, año tras año y bien formada.
Luis Alberto destaca la valentía de muchas de las vocaciones de lugares de periferia que vienen a estudiar a Roma. Recuerda cómo entre algunos antiguos estudiantes también hay algunos cuya vida terminó con el el martirio.
LUIS ALBERTO ROSALES
Director General, Fundación CARF
Hace pocos años, hasta que se acabó el ISIS en Irak, pues un sacerdote que se doctoró aquí en Roma volvió y murió ametrallado celebrando misa con sus monaguillos. Hace dos o tres años, no recuerdo, otro sacerdote, que había estudiado en Pamplona, de Nigeria acabó su doctorado y fue Boko Haram, antes de decir misa, a los dos meses de llegar lo mató. Lo cortaron en trocitos.
La Fundación Carf fue fundada en 1989 y a lo largo de sus más de 30 años de historia ha ofrecido becas a unos 40.000 estudiantes de 131 países.
JRB
