La Santa Sede y Corea del Sur celebran este año el 60º aniversario de sus relaciones diplomáticas. Para conmemorarlo, la Embajada coreana organizó una misa en la basílica de San Juan de Letrán, que celebró el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin.
El número dos del Vaticano destacó los estrechos lazos entre ambos países, que comenzaron en 1963. También habló sobre la historia de esta nación y su prosperidad tras la guerra, que terminó con la proclamación de la República en 1948.
CARD. PIETRO PAROLIN
Secretario de Estado de la Santa Sede
El país fue ganando poco a poco estabilidad, prosperidad económica y autoridad internacional. En el mismo lapso de tiempo, la Iglesia ha ofrecido su disponibilidad para acompañar en este camino de renacimiento nacional con generosidad y competencia; fuerte en la amplia libertad que goza desde la proclamación de la República de Corea; libertad por la que la Santa Sede está agradecida.
Sin embargo, Parolin no se centró únicamente en Corea del Sur. También habló del norte de la península y volvió a reiterar la petición de la Santa Sede para la reconciliación entre ambos pueblos.
CARD. PIETRO PAROLIN
Secretario de Estado de la Santa Sede
Pienso, en particular, en los pueblos del norte de la península. Sobre esto, me es grato reiterar una vez más que la Santa Sede comparte con profunda simpatía la aspiración del pueblo coreano a la reconciliación y a la unidad, apoyando todos los esfuerzos para un reconocimiento cada vez más amplio de la realidad de que todos los coreanos son hermanos y hermanas, miembros de una sola familia.
Asia es uno de los continentes en los que el cristianismo ha crecido con más fuerza en las últimas décadas. En Corea del Sur, los católicos son casi un 50% más que en 1999. Un país que, además, acogerá uno de los eventos más importantes de la Iglesia: la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en 2027.
CA
